“LA VIDA EN UNA
CHARCA” Revista “Muy Interesante”
A simple vista, la quietud
de una charca se confunde con soledad. Sin embargo al prestar atención a los
ligeros movimientos y a cada susurro del agua, el observador interesado puede
descubrir infinidad de seres vivos y un enorme bullicio interior.
En cada rincón de este ecosistema vive un diminuto animal, en el
aire, en el agua, en la orilla y en cada planta. Cada uno está preocupado por
su supervivencia, ataca para comer y evita ser comido.
La piedad es inexistente: el instinto es el rey. En cada primavera
una multitud de ranas coloridas croan en las orillas y cubren de huevos a la
flora sumergida.
Mientras tanto, la Mantis Religiosa acecha en silencio su presa
sin sospechar que de un momento a otro, ella misma puede ser la víctima de un
lagarto hambriento de dientes afilados.
Cuando
ya está fuera del agua, una larva de libélula se transforma en un insecto
adulto. Esta es la más dura prueba que enfrenta en su vida, ya que en este
instante es más vulnerable a sus enemigos porque sus tegumentos nuevos aún son
débiles y sus movimientos, lentos.
En cada rincón de este ecosistema vive un diminuto animal, en el
aire, en el agua, en la orilla y en cada planta. Cada uno está preocupado por
su supervivencia, ataca para comer y evita ser comido.
La piedad es inexistente: el instinto es el rey. En cada primavera
una multitud de ranas coloridas croan en las orillas y cubren de huevos a la
flora sumergida.
Mientras tanto, la Mantis Religiosa acecha en silencio su presa
sin sospechar que de un momento a otro, ella misma puede ser la víctima de un
lagarto hambriento de dientes afilados.
Cuando
ya está fuera del agua, una larva de libélula se transforma en un insecto
adulto. Esta es la más dura prueba que enfrenta en su vida, ya que en este
instante es más vulnerable a sus enemigos porque sus tegumentos nuevos aún son
débiles y sus movimientos, lentos.
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